ESTRUCTURA Y NARRATIVA


En nuestros conciertos, consideramos importante minimizar las convenciones que sirven de estructura para el mismo, como el inicio y el final. Ambas aristas han realizado una función pragmática desde hace al menos dos siglos, articulando la representación de manera clara y concisa. Tratamos ambas secciones con sumo cuidado para evitar que nuestras recientes premisas se conviertan en nuestros nuevos dogmas. De hecho, estamos en peligro de crear nuevas convenciones. Por lo tanto,  han sido aspectos a considerar y a tener en cuenta, únicamente.


Del mismo modo que para Lehmann (2006) el drama no se sitúa en el texto, "tampoco en un cuerpo ajeno a la textualidad, sino más bien en la perturbación recíproca entre texto y escena" (Sánchez, 2017, p. 20), para nosotros el drama no es únicamente la música, tampoco las obras musicales que conforman un programa de concierto. Contamos con que parte de la narrativa nos viene dada por la música y la propia interpretación, pero el resto de factores que intervienen en el concierto -gestualidad, iluminación, proyecciones, código de vestuario, puesta en escena, público, sala de concierto, voz en off, vídeos, programa de mano, etc.- son tratados equitativamente a la música como parte sustancial del drama del concierto.


En este concierto, el comienzo (denominado deliberadamente en nuestra terminología "principio" en lugar de "inicio") consiste en una grabación con voz en off generada por inteligencia artificial (el texto y el audio se encuentran disponibles en los archivos). Con este principio, buscamos involucrar al público de manera reflexiva y activa, presentando el tema principal de la transformación y generando preguntas que preparen al espectador para la parte central del concierto: el encuentro con el público.


Durante la voz en off, los intérpretes de Story (los cuales actúan en el escenario) y Metamorphosen salen a escena y se preparan para interpretar la obra de R. Strauss (Abajo pueden ver un esquema de la escena). El resto de los intérpretes se sitúa repartido por el patio de butacas, de modo que, al finalizar Metamorphosen, comienzan a interpretar Story inmersos en la audiencia. En ese momento, los músicos que participaron en Metamorphosen abandonan la escena.


Las partituras han sido preparadas previamente dentro de revistas o periódicos para caracterizar mejor la situación pretendiada para la obra de Cage. Al inicio, junto a la voz en off, se colocan ocho intérpretes en el escenario, sentados alrededor de una mesa que simula un salón de casa. Estos músicos, los cuales han presenciado muy de cerca la obra de Strauss (incluso interactuado gestualmente con ella), se suman poco a poco a la interpretación de Story. De modo que hacia el final de la pieza, todos ellos están interpretando la obra. Al concluir, tras un momento de duda propiciado por los intérpretes en el escenario, se interpreta de nuevo la pieza, esta vez solo con los ocho músicos. Durante esta nueva versión, los demás intérpretes (los situados en el patio de butacas) comienzan a subir poco a poco al escenario.


Cada uno de ellos se dirige a las posiciones destinadas para interpretar Hello!, excepto Isabel Anaya y Carla Guzmán, quienes se sientan en el borde del escenario. Una vez terminada la segunda versión de Story, se inicia el encuentro con el público, un momento que nos parece muy interesante y que normalmente se ubica al final del evento. Para nosotros, es interesante que sea parte del concierto, es tratado como una obra más.


En este instante, se realizan preguntas al público, como:

  • ¿Por qué creen que existe un cierto rechazo entre el público y ciertas manifestaciones entendidas como contemporáneas?
  • ¿Preferirían asistir a un concierto que respondiese completamente a sus inquietudes previas?
  • ¿Habían estado antes en un concierto escénico?
  • Como asiduos oyentes, ¿les interesa más un concierto más lineal en el plano estilístico o les seduce encontrar este tipo de propuestas mixtas, que no sólo aúnan diferentes músicas sino artes?


El resto de preguntas y respuestas surgirán dependiendo de la dirección que tome el debate. Durante esta conversación, el resto de músicos se coloca en las posiciones para interpretar Hello! Una vez terminado el encuentro con el público, se inicia la última obra del programa.


En este concierto, no encontramos un motivo para eliminar el final; tras la interpretación de la obra de Schubert, los músicos saludan y se invita a subir a los intérpretes de la obra de Strauss (los saxofonistas) para realizar un saludo conjunto de todo el equipo al completo. Tanto la existencia de un final cerrado como el saludo final, muestran cierto convencionalismo que hemos decidido no desechar, puesto que no creíamos conveniente añadir otro tipo de argumento para diluir el final.


*En la sección de Archivos pueden consultar un vídeo resumen del concierto.